Banyeres de Mariola, patrimonio natural y cultural en estado puro

Banyeres de Mariola es una de las localidades del interior de la provincia de Alicante que puede presumir por su patrimonio natural y cultural en estado puro. Llevar en su propio nombre la sierra a la que pertenece, la de Mariola, hace que naturaleza y zona urbana de la localidad vayan de la mano.

Su belleza natural destaca por varios aspectos. El primero, es que es el municipio más alto del interior de la provincia. Su ubicación, en la comarca de L’Alcoià, es una zona repleta de plantas aromáticas y medicinales que se usan para distintos fines.

El entorno paisajístico de Banyeres de Mariola hacen de esta población un obligado paso para cualquiera que visite la zona. Aunque no todo es naturaleza. Existe también un rico patrimonio cultural conseguido desde siglos anteriores gracias, en parte, a la tradición industrial de la zona.

Por encima de todo este patrimonio resalta su castillo. La fortificación se levanta a 830 metros sobre la altura del mar y tiene raíces islámicas. Las reconstrucciones han respetado algunos restos primitivos. Como elemento a destacar, la Torre del Homenaje, de época almohade, construida entre los siglos XII y XIII.

Esta torre alberga el actual Museo de la Fiesta, ya que Banyeres de Mariola también celebra con alegría y orgullo durante varias épocas del año. Las fiestas patronales de la población están dedicadas a San Jorge y se celebran del 22 al 25 de abril. Son fiestas de Interés Turístico Nacional y un monumento al patrón matando al dragón se encarga de fijar las miradas de todo aquel que visita el municipio.

Otro museo que hace imprescindible la visita a Banyeres de Mariola es el del papel, ubicado en el parque Villa Rosario. La tradición papelera del municipio se explica aquí a través de sus muestras y exposiciones. Colecciones de libretos de papel de fumar, trajes de papel o elementos de la fiesta de Moros y Cristianos hechos con este material son verdaderas joyas del pasado y tradiciones locales.

Una visita a Banyeres no puede terminarse sin degustar la gastronomía local. La ‘olla de penques’, la ‘borra’, el gazpacho o la pericana, forman el catálogo de platos calientes. El punto dulce lo ponen las pastas como los rollos de almendra o los rollos de anís, los ‘mantecaos’ o los pastelitos de boniato. La bebida espirituosa que pone punto final a las comidas es el herbero, licor tradicional con base de anís y hierbas aromáticas de la propia sierra de Mariola.

Cocentaina conserva encantos medievales con ‘oloreta a Fira’

Una de las poblaciones del interior de Alicante que mejor conserva sus encantos medievales es Cocentaina. Estos se destacan todavía más durante la fiesta más importante de la localidad: la Fira de Tots Sants. Pero sea en la época que sea, se disfruta paseando por su casco antiguo o por los parajes naturales que la rodean.

Cocentaina está situada al norte de la provincia y es capital de la comarca de El Comtat. Tanto en su entrada sur, llegando de Alcoy, como en su entrada norte, tras salir de Muro, el visitante divisa primero que todo su castillo. Esta fortificación, ubicada en pleno paraje de la Sierra de Mariola, vigila el municipio desde 765 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Se levantó entre el siglo XIII y XIV como torreón de planta cuadrada y mide 13,60 metros de lado y 12,50 de altura. En su interior, los visitantes pueden encontrar una exposición sobre la historia del castillo, los señores feudales que lo poseyeron y el armamento utilizado en él.

Otra de las maravillas de Cocentaina, que además se divisa desde el castillo, es el Palau Comtal. La fortificación alberga en su interior cantidad de historias y elementos artísticos, tales como cuadros, esculturas o estancias. Es el ejemplo de lugar de obligada visita si le preguntas a cualquier habitante del municipio.

Ante esta imponente fortificación, la plaza de El Pla acoge algunas de las fiestas más importantes de Cocentaina. En ella empieza a desfilar la Virgen del Milagro cada 19 de abril. También sirve como final de los desfiles de Moros y Cristianos. Y como no, concentra numerosas personas durante cada edición de la Fira de Tots Sants.

Esta feria se despliega por toda la población, con zonas diferenciadas entre ellas según sectores o tipo de venta o servicio. Con la celebración del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, Cocentaina se transforma durante unos días por completo. Es aquí donde los aires medievales toman más cuerpo aún. Los autóctonos lo llaman ‘oloreta a Fira’, que se suele notar ya durante las semanas previas.

Ese olor a feria es agradable, al igual que el resto de elementos que conserva Cocentaina. Los restos de la muralla medieval, el barrio de El Raval o las iglesias de El Salvador y Santa María son dignos de visita también.

Por si fuera poco, la gastronomía también está muy presente en la cultura contestana. Elaboraciones como la pericana, la olleta o el espencat están muy arraigados, al igual que las bebidas como el café licor, el herbero o la mistela. ¿Todavía no has degustado la cocina de montaña?

 

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Juguetes, helados e ilusión van de la mano en la población de Ibi

El interior de la provincia de Alicante tiene esconde entre sus montañas una de las poblaciones que genera mayor ilusión.

Esas dos tradiciones han hecho de Ibi un pueblo referente en el interior de la provincia. De hecho, el tercer polígono industrial más grande, tras Alicante y Elche, se encuentra en esta localidad. La apuesta de grandes marcas jugueteras en los años 60 por asentarse en esta zona hizo que su crecimiento fuera notable. Hoy en día, la industria juguetera sigue siendo importante, pero también ha dejado paso a otros sectores que se han hecho hueco para mantener el espíritu industrial del municipio.

Los juguetes crean esa ilusión que todo niño tiene de pequeño. Para contribuir todavía más a ello, Ibi es uno de los puntos de referencia donde vivir una Navidad de ensueño. La población fue la primera en levantar un Monumento a los Reyes Magos de Oriente, que junto a otros lugares de interés, como la Iglesia Parroquial de la Transfiguración, el Monumento al Festero, el Monumento a los Heladeros o el Monumento al Centenario del Juguete, hacen de la visita a Ibi una experiencia única.

La otra parte de la tradición de Ibi, la de los helados, se vive de manera especial en las épocas más calurosas. Los artesanos heladeros elaboran desde hace décadas estas refrescantes delicias. La construcción de neveros en las sierras que rodean la población hizo que estos artesanos crecieran en número y fama. Hoy en día, quién no ha probado la cantidad de sabores que dan a su bien más preciado. Músicas, plazas y monumentos en honor al helado forman parte también del imaginario colectivo de los habitantes de Ibi. Y no es para menos, porque están riquísimos.

Y como no podía ser de otra manera, Ibi celebra Moros y Cristianos, entre otras muchas fiestas. Pero una de las que hay que vivir en la propia piel de cada uno es ‘Els Enfarinats’, donde una guerra de harina y petardos invade la población y a todo aquel que se encuentre cerca. ¿Quieres más razones para visitar Ibi?

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Alcoy es modernismo, tradiciones y gastronomía entre dos parques naturales

Alcoy es una de las poblaciones del interior de la provincia de Alicante que más se conoce fuera de estas fronteras. Ya sea por las Fiestas de Moros y Cristianos, la moral del Alcoyano o el lugar de nacimiento de Camilo Sesto, la ciudad ya tiene nombre suficiente como para ser considerada lugar de interés para visitar.

Pero más allá de estas banderas, Alcoy tiene mucho potencial turístico para atraer a la gente. Alcoy es modernismo, tradiciones y gastronomía entre dos parques naturales. Y es que nada más llegar, por cualquiera de sus entradas principales, ya se observa su especial enclave rodeado de montañas.

Font Roja y Sierra de Mariola son estos dos parques naturales que dan la bienvenida a los turistas. Ambos espacios naturales albergan numerosas especies de fauna y flora autóctonas y en sus rincones y senderos se respira paz y tranquilidad. Además, son ideales para asomarse a las mejores vistas de Alcoy o para hacer senderismo y ciclismo.

Cómo no, esta naturaleza se ve reflejada en las elaboraciones gastronómicas de la zona. Son diversos los platos que se elaboran con hierbas del terreno, así como bebidas espirituosas como el herbero. La pericana, la olleta o las ‘bajoques farcides’ son de esos platos que no se pueden dejar escapar si se visita la ciudad. Para conocer su sabor basta con preguntar en los numerosos restaurantes que ofrecen la comida tradicional de la ciudad y luego, probar sus matices.

Las fiestas más tradicionales de Alcoy tienen dos momentos señalados en el calendario: los Moros y Cristianos y la Navidad. Los primeros desfilan por las calles de la ciudad en honor a San Jorge, festividad que se celebra el 23 de abril. En la época navideña, la imagen más icónica de los pajes subiendo por escaleras a las casas se vive durante la Cabalgata de Reyes Magos más antigua de Europa. Ambas fiestas son dignas de sentir en la propia piel, aunque sea una vez en la vida.

Para los amantes de la historia, Alcoy es cuna del modernismo. Prueba de ello son los distintos edificios y lugares que esta época dejó y que se conservan prácticamente intactos. La Casa del Pavo es uno de los ejemplos que mejor ilustran esta conexión modernista, pero hay muchos más que esperan en Alcoy para maravillar a cualquiera. La Semana Modernista de Alcoy se ha consolidado como un referente más para disfrutar de esta época. Suele celebrarse en septiembre, así que id mirando vuestras agendas.

Cultura, enclaves naturales, historia, rutas, actividades… Lo mejor es descubrir por uno mismo que Alcoy es más de lo que ofrece el imaginario turístico.

 

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Tàrbena, aire de montaña con vistas al mar

El equilibrio de la provincia de Alicante entre costa y montaña tiene diversos lugares donde se observa a la perfección. Uno de ellos es el municipio de Tàrbena, situado en el interior de la comarca de la Marina Baixa y desde donde se puede observar el mar mientras se respira el aire puro de la montaña.

Tàrbena es uno de esos balcones idílicos al Mediterráneo. Sus numerosas rutas de senderismo se asoman a las relucientes aguas costeras. Esta gran belleza paisajística acompaña al visitante durante toda su estancia en la población.

Almendros, cerezos y olivos dibujan el horizonte medioambiental de Tàrbena, al igual que los olores de romero, tomillo o manzanilla. Las paredes rocosas de la sierra de Ferrer abrigan este pueblo con pasado íbero, romano y árabe. De hecho, estos últimos fueron expulsados de estas tierras en el siglo XVII y tuvieron que ser colonos mallorquines quienes repoblaran el municipio.

A estos últimos se les debe la peculiaridad del lenguaje ‘salat’, ya que es el único municipio valenciano que lo conserva. Se puede observar en lugares de interés de la población como las Cuevas del Somo, Cuevas de Ses Lletres o Cuevas del Moret; Sa Font Blanca y Sa Font dels Taronjers; el Barranco de Ses Lletres y numerosos puntos idílicos naturales de su entorno.

Los turistas encontrarán en Tàrbena embutidos elaborados localmente, así como aceite de la zona y miel. No solo para llevárselos a casa, sino también para degustarlos en los establecimientos gastronómicos que se encuentran en la pequeña localidad. ¿Has probado la deliciosa coca con tomate y pimientos o el potaje de Tàrbena?

 

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