Si por algo se identifica Villena es por su Castillo Atalaya, cuyo erguido perfil recortado en el horizonte recuerda el mestizaje cultural musulmán y cristiano.
El castillo de Atalaya de Villena también es conocido como el Castillo de los Pies Negros, o simplemente de Villena.
Es sin duda el monumento más significativo del municipio y el elemento que lo caracteriza junto al Tesoro. El castillo fue declarado «Monumento Histórico Artístico» en 1931 y, actualmente, goza de mayor protección al estar declarado B.I.C (Bien de Interés Cultural).
Sabemos que el origen del Castillo Atalaya de Villena se remonta a finales del siglo XI y principios del XII. Tras la conquista cristiana en 1240, la fortaleza pasó a manos del infante de Castilla don Alfonso, quien creó el Señorío de Villena para su hermano el infante don Manuel.
En la década de los setenta del pasado siglo, su emplazamiento en el cerro de San Cristóbal, una moderada elevación de la Sierra de la Villa, le permitió ejercer el control y la defensa del territorio circundante.
Su uso se prolonga en el tiempo desde época musulmana hasta la Edad Contemporánea, viviendo acontecimientos diversos desde la ocupación musulmana.
Arquitectónicamente, el Castillo Atalaya de Villena presenta doble recinto amurallado de planta tendente a rectangular. La muralla exterior está defendida por doce torreones y la interior por cubos circulares y una gran torre del homenaje de cuatro pisos, los dos primeros son musulmanas y el resto cristianas. Las cubiertas de las dos primeras estancias están formadas por bóvedas almohades de arcos entrecruzados, de importancia excepcional por ser, como las del vecino castillo de Biar, las más antiguas de su estilo en España.
Como pueden observar, el Castillo Atalaya de Villena no tiene ningún desperdicio, un emblema más de nuestras tierras. Déjate envolver por la historia y visite este paraíso en pleno interior de Alicante.